En mi juventud era conocida por quebrantar las reglas. No me importaba quien impusiera las reglas: mis padres, maestros, o el pastor de jóvenes, yo quería hacer lo que yo quería y veía estas reglas como un obstáculo a mi libertad. No fue hasta un día que mi papá me sentó y me dijo que mis privilegios y libertad estaba basada en la confianza que me tenían y que por lo tanto, cada vez que rompía las reglas, mi libertad se disminuía. Así que, si quería más libertad, tenía que seguir las reglas y así mi libertad aumentaría. Poco a poco comencé a seguir las reglas, no porque creía que fueran buenas para mi o por amor a aquellos que la imponían, sino para salirme con la mía.

Si somos honestos, tú y yo nos acercamos de la misma manera a los Diez Mandamientos. Vemos la ley con desdén y creemos que Dios es un tirano que quiere controlar cada aspecto de nuestras vidas. Obedecemos la ley porque creemos que al hacerlo ganamos favor delante de Dios y por lo tanto bendiciones. Juzgamos a aquellos que fallan en seguir la ley al pie de la letra y nos deleitamos en nuestra propia justicia. Si fallamos, bueno eso es porque los mandamientos son tan difíciles de seguir que nadie lo puede hacer. Tomamos los mandamientos de una manera legalista y nos olvidamos de Aquel que nos dio estas instrucciones.

En su nuevo libro «Diez palabras que dan vida: El deleite y el cumplimiento de los mandamientos de Dios», Jen Wilkin nos muestra una perspectiva bíblica de los diez mandamientos y como estos nos llevan a conocer, amar y a deleitarnos más en quien Dios es. Los propósitos de los mandamientos son: mostrarnos quien es Dios, e instruirnos en como vivir correctamente delante de Dios y los hombres.

Cada uno de los mandamientos es cubierto en un capítulo. Por lo tanto, los primeros cuatro capítulos están enfocados en quien Dios es, y en ayudarnos a tener un entendimiento correcto de Su divinidad y Su supremacía en nuestras vidas. Cuando tenemos un entendimiento correcto de Dios, nuestra vida lo refleja. Los siguientes seis capítulos están enfocados en cómo vivir correctamente con nuestro prójimo y así poder reflejar la imagen de Cristo.

Al leer este libro desarrollarás un mejor entendimiento de cada uno de los mandamientos y crecerás en tu amor y celo por conocer al Dios verdadero, y esto aumentará tu anhelo de vivir de una manera que lo glorifique. Podrás ver tu necesidad de perdón de pecados y apreciarás la gracia que se te ha sido dada por medio del sacrificio de Jesucristo en la cruz.

Reseña por Fernie Cosgrove