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“If God is holy, then he can’t sin. If God can’t sin, then he can’t sin against you. If he can’t sin against you, shouldn’t that make him the most trustworthy being there is?”

“Si Dios es santo, entonces no puede pecar. Si Dios no puede pecar, entonces no puede pecar en contra tuya. Si no puede pecar en contra tuya, ¿no lo convierte en el ser más confiable?”

En una sociedad tan religiosa como la latina, hemos dejado de lado la importancia de una de las características más importantes de Dios: la santidad. Él es santo, santo, santo. ¿Qué significa esto? Jackie Hill Perry, en su libro El Dios Santo, nos invita a entender la santidad de Dios y a explorar sus implicaciones en nuestra vida. Llevándonos a través de diferentes escenarios de la Biblia, Jackie nos explica cómo la santidad de Dios llevó a las personas que la vieron a caer como muertos. Esta santidad es la que nos lleva al arrepentimiento y a la alabanza, pues entender que Dios es completamente diferente a nosotras, es entender que Él es completamente confiable.

En una sociedad como la latina, en donde muchas veces las promesas no son más que palabras que quedan en el viento, la santidad de Dios nos recuerda que Él sí cumple su palabra; que Él es verdaderamente confiable, y que no depende de nosotras, sino de su santidad intrínseca. Entendiendo esta característica propia de Dios, de manera práctica y con un humor un tanto sarcástico, Jackie nos impulsa a tener una relación abundante con nuestro creador, con nuestro Padre celestial. A su vez, esto nos lleva a leer las promesas de Dios en la Biblia como ya     cumplidas, incluso si son promesas futuras. De tal manera que podemos caminar con Dios con la certeza de que Él es fiel y nuestra vida puede ser verdaderamente transformada.

En una sociedad como la latina, tan informada e influenciada por lo que ve en medio sociales, es difícil entender que solo a través de la santidad de Dios puede ser transformada. Usando historias personales, Jackie nos explica cómo la santidad de Dios transforma nuestra manera de pensar, de utilizar medios sociales, la idea que tenemos de justicia social, y la forma en la que nos relacionamos con nuestro prójimo. Gracias a la santidad podemos cambiar desde el interior para hacernos más como Cristo. La santidad de Dios nos muestra cómo vivir una vida correcta con Él y, en consecuencia, con nuestro prójimo.

Gozo, solemnidad y asombro. Este libro me ayudó a entender la importancia de la santidad de Dios para mi vida de una manera profunda, pero a través de una lectura fácil y práctica. Aunque Perry utiliza información de académicos bíblicos y escolares de renombre, su libro es fácil de entender.  Su voz, sumada de anécdotas personales, me hizo sentir identificada y me llevó a apreciar y a reverenciar la santidad de Dios. Un libro básico en la vida de todo cristiano que quiera entender la relevancia de la santidad de Dios para su vida.

Salime Weatherford

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